Alejandro Otero, director del grupo de energías renovables del Centro de Simulación Computacional (CSC - CONICET), fue invitado al programa Transición 2030, emitido por A24 y conducido por Cata Delia, para hablar sobre energía eólica, su campo de especialidad.
El científico explicó qué es la energía eólica: “Es aprovechar el viento para transformarlo en energía. Una vez capturado, se transforma a través de unas turbinas, las cuales tienen 3 aspas y generan un movimiento mecánico en el eje de la turbina, que luego se convierte en energía en un generador que está dentro de la misma máquina”.
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Argentina es un país que tiene excelentes recursos para obtener energía eólica, especialmente desde la ciudad de Bahía Blanca, en la Provincia de Buenos Aires, hacia el sur del país, ya que se generan de manera natural vientos fuertes y constantes.
Otero planteó que la energía eólica tiene una participación importante dentro de lo que es la matriz energética argentina. Así, representa el 64% de la potencia instalada de energías renovables (excluyendo la hidráulica de gran escala). “Tiene mucho espacio para crecer, siempre y cuando se solucione la adecuación económica y acondicione el sistema de transporte de energía eléctrica”, advirtió el especialista. Por ejemplo, es necesario “seguir ampliando” la red eléctrica y hacer nuevas inversiones.
Finalmente, el científico del CSC destacó que, en líneas generales, la energía eólica tiene un impacto socio ambiental positivo. En primer lugar, ello obedece a que no se genera quemando combustibles fósiles ni emitiendo los gases resultantes a la atmósfera. Además, genera repercusiones positivas en el desarrollo y la infraestructura de las poblaciones aledañas a los parques. Sin embargo, y al igual que cualquier actividad humana, tiene su impacto, pero esos riesgos pueden mitigarse y son muy pocos los impactos nocivos sobre las personas.